Melón Galia, dulzura en tamaño reducido
Este pequeño y dulce manjar es tan suave y agradable que no empalaga apesar de su dulzor, es un pequeño placer de temporada que no hay que dejar escapar, cada bocado esta lleno de sensaciones que bailan en la boca y sacian el estomago, va a la perfeccion con un buen jamon o con un innovador salmorejo, e incluso es protagonista de una sopa fria.
Galia
Un melón Galia se reconoce por su forma redonda y su piel amarilla con escriturado en forma de red. Su carne blanco-verdosa es jugosa y firme. Se recolecta en su momento óptimo de maduración, lo que se asegura mediante la medición del nivel de fructosa. Los frutos selectos que alcanzan un nivel de azúcar óptimo reciben el sticker “Extra Sweet”. El olor de los frutos especialmente maduros y frescos impregna el ambiente con su aroma.
Consejo SanLucar:
- Los melones Galia se mantienen en una humedad relativa de 90% - 95% y una temperatura ambiental de 2ºC a 5ºC de 1 a 3 semanas.
- Los melones deben disfrutarse fríos. Para consumir en crudo se corta la fruta por la mitad, se quitan las semillas con una cuchara, se corta en trozos y se consumen con cuchillo y tenedor.
Recuerdo que de pequeño el melón no se encontraba entre mis frutas favoritas —por no decir que le tenía un poco de tirria— y ante la eterna pregunta de si prefería melón o sandía, siempre me quedaba con la sandía.
Sin embargo, con el paso de los años, el melón se ha ido ganando un sitio en mi corazón. La sandía ya no me sabe a nada, tal vez porque mis gusto han cambiado o porque el huerto del hombre a quien se las compraba de pequeño ahora es un edificio de diez plantas y las que compro en el supermercado no se parecen en nada.
El caso es que ahora que he cambiado de bando estoy disfrutando de las distintas variedades de melón. Entre mis preferidas se encuentra el melón Galia, que es todo dulzura en un tamaño reducido.
El origen
La variedad de melón Galia no es una variedad histórica, sino un cruce entre dos variedades desarrollado en 1970 por Zvi Karchi en Israel. Su nombre es el femenino de la palabra “Gal” que significa “ola” en israelita. Para el cruce se emplearon las variedades Cantalupe y Honedew. Como se puede ver, de la primera cogió la piel exterior muy rugosa y estriada y de la segunda ese color verde tan característico.No es una variedad especialmente difícil de cultivar, por lo que la podemos encontrar a lo largo y ancho del mundo, allí donde se cultivan otras variedades de melones. Brasil, España, el sur de Estados Unidos, Costa Rica y Panamá son los principales países productores.
El aspecto
El melón Galia es un melón pequeño y esférico, del tamaño de una pelota de balonmano, y cuyo peso no suele sobrepasar el kilo.La piel exterior es de un color amarillo terroso, con algunos toques de verde, y está surcada por numerosas estrías de color amarillo claro, que le confieren un textura muy rugosa. Esta piel exterior es dura —aunque menos que en el melón de piel de sapo— y mucho más fina, por lo que cede ligeramente si la apretamos con los dedos.
Una vez abierto sorprende por su pulpa abundante de un color verde intenso (sobre todo si la pieza está madura) que arrincona a las pepitas, de un amarillo mostaza, en una pequeña zona del centro.
Su piel fina y su carne no demasiado firme hacen que cortarlo sea una tarea extremadamente sencilla en comparación con otras variedades de melón o con la sandía.
La degustación
Aunque para gustos, melones, la Galia es una de las variedades de melón que más disfruto, principalmente por su sabor dulce y su carne que se deshace en la boca.Además, su color verde intenso produce un cruce de cables en el cerebro, acostumbrado a que ese color signifique la fruta aún no está madura, por lo que su dulzor sorprende aún más.
Es ideal para comer solo a cualquier hora del día y, en mi opinión, la variedad ideal para mezclar con jamón.
http://www.directoalpaladar.com/ingredientes-y-alimentos/melon-galia-dulzura-en-tamano-reducido
Sopa de melón con virutas de ibérico y aceite de hierbabuena. Receta
La sopa de melón se caracteriza por ser un plato fresco, no solo porque se consuma frío, si no por el dulzor del melón por el toque salado de un pellizco de sal y de las virutas de ibérico secas.
Yo ya había realizado sopa de melón, pero nunca la había comido de esta forma. La anterior vez fue para hacer unas esferificaciones a lo Adrià. Pero sinceramente me quedó con esta receta de plato de cuchara.
Ingredientes para 4 personas
- 1 melón, 100 ml de nata, una pizca de sal, jamón ibérico, 50 ml de aceite de oliva y unas hojas de hierbabuena.
Elaboración de la sopa de melón
El otro día una amiga me comentó que suelo poner siempre que es muy fácil hacer todo, pero es que de verdad que no lo pondría si no lo creyese así. Y está receta no es fácil, es super fácil.Cortamos el melón en cuñas, lo limpiamos de piel y pepitas y troceamos. Lo pasamos por una batidora y posteriormente por el chino para eliminar alguna hilo fibroso que se haya podido colar.
Por otro lado cortamos unas lonchas de ibérico en tiras finas y las ponemos a deshidratar en el horno a unos 150 ºC hasta que estén duras y por lo tanto secas. Que no se os quemen, tened ojo.
Por otro lado trituramos la hierbabuena en el aceite y reservamos.
Mezclamos la nata con el melón triturado y añadimos un pellizco de sal. Dejamos enfriar en la nevera.
Tiempo de elaboración | 15 minutos
Dificultad | Fácil
No hay comentarios:
Publicar un comentario